Por segundo año consecutivo, la capital sinaloense se aleja del ranking mundial de las 50 ciudades más violentas del mundo; así podemos contribuir todos y todas para que la evolución positiva continúe.
La música, comida, tradiciones, la calidez y alegría de su gente, sus artistas y deportistas de talla internacional, son elementos que destacan a Culiacán. Este 2024, además, es el segundo año consecutivo que la capital sinaloense se aleja del ranking mundial de las 50 ciudades más violentas del mundo.
Esta clasificación, elaborada por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, anuncia incluso que ninguna ciudad de Sinaloa aparece este año en la lista, lo que representa una noticia positiva para la entidad por diversas razones, entre ellas la posibilidad de avanzar en la percepción que se tiene de Culiacán en algunos países.
Apenas en agosto pasado, Estados Unidos emitió una alerta de viaje nivel 4 para Sinaloa, con lo que llamó a sus ciudadanas y ciudadanos a no visitar la entidad, principalmente Culiacán, Los Mochis y Guasave.
La ausencia de Culiacán en ese ranking es por tanto una noticia positiva, sin embargo, requiere esfuerzos de manera integral para que la capital sinaloense no regrese al listado. Recientemente, la Coordinación General del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP) llamó a las autoridades a continuar los esfuerzos para que la capital sinaloense no regrese a la lista, principalmente porque el 2023 cerró con una alta tasa de homicidios dolosos, 28.20.
Todos y todas podemos contribuir a la seguridad de nuestro entorno. Un ejemplo es el trabajo que realizan los comités de vecinos en diversos parques de Culiacán, quienes a través de un intenso trabajo promueven espacios públicos limpios, dignos y una mayor convivencia de las familias; con todo esto impulsan la tranquilidad en sus colonias.
Se trata del liderazgo ciudadano con el que las y los vecinos pueden recuperar la seguridad de su sector a través de estrategias de organización vecinal.
Los delitos incrementan cuando quien los comete encuentra la oportunidad para delinquir. No hacer nada al respecto incrementa las probabilidades de que cada día existan más víctimas vulnerables.
Con la organización de las y los ciudadanos para el rescate, mejora y embellecimiento de espacios públicos, crece la comunicación en un sector y, con ello, la prevención de delitos, pues este proceso permite que se conozcan las familias que habitan en una misma calle y colonia, la organización, una constante comunicación para la coordinación y seguimiento de temas.
Una vez en constante comunicación, las y los ciudadanos permanecen en alerta constante ante actitudes sospechosas de personas desconocidas a pie o a bordo de algún vehículo.