Nombre común: |
Jacaranda |
Nombre científico: |
Jacaranda mimosifolia |
Familia: |
Bignoniaceae |
Descripción
El árbol de Jacaranda es originario de zonas húmedas de la región del Gran Chaco en Bolivia, Argentina, Paraguay y Brasil, pero es la única especie del género que vive en ciudades mexicanas. Puede llegar a medir hasta 20 m de alto con tronco torcido ramificado desde los dos metros. Sus hojas son compuestas plumosas grandes, miden alrededor de 30 a 50 cm de largo.
Sus flores púrpuras y en forma de trompeta crecen apretadas moldeando copas en forma de paraguas que pueden durar algunos meses. Cuenta con numerosas semillas triangulares y produce una gran cantidad de néctar. Su fruto de color café claro recuerda a las castañuelas.
La llegada de estos árboles a la ciudad de México fue gracias a Tatsugoro Matsumoto, emigrante japonés, quien recomendó plantarlos en las principales avenidas y parques para emular los jardines japoneses.
Necesidades ambientales
En general necesita un suelo bien drenado. Es muy tolerante a la sequía.
Le va bien el clima de templado a templado cálido. Resistente a la caliza, pero no a la sal es necesario que su ubicación no supere unos pocos centenares de metros sobre el nivel del mar.
Es sensible a las heladas, especialmente cuando es joven y no soporta vientos fuertes, debiendo estar protegido. Las Jacarandas no necesitan podarse para contribuir a su floración.
Usos
La madera de la Jacaranda es fácil de trabajar, por lo que se utiliza para fabricar instrumentos musicales, muebles, interiores de carrocerías, revestimientos, carpintería en general y para tallar esculturas.
Sus flores, hojas y corteza se han utilizado como remedio medicinal para la disentería amebiana.
Es un árbol de gran belleza tropical, hace una excelente sombra y sus raíces poco agresivas le confieren bajo riesgo de caída o desrame por lo cual puedes ubicarlo en avenidas principales como arbolado urbano.