Los que viven junto a un parque urbano


Sea en Singapur, Santiago, Boston, Barcelona, Tijuana o Guadalajara, hay varias preguntas clave para saber si tal o cual casa u oficina están en una zona apetecible para vivir:“¿Te queda cerca del trabajo? ¿tienes escuelas alrededor? ¿hay tiendas o supermercados cerca? ¿puedes llegar en transporte público? ¿qué tal los vecinos?”…, aunque hay una en particular que provoca una aprobación prácticamente unánime sobre la ubicación del hogar: ¿Tienes un parque en frente? ¡Qué suerte, qué bonito! Recordar aquí los numerosos beneficios individuales y colectivos que tienen las áreas verdes para la salud de cualquier ser viviente y para las grandes metrópolis tan típicas en América Latina podría resultar ocioso, aunque vale la pena enumerar algunos: Basta con que teclees en Google “beneficios de las áreas verdes” y sabrás que atrapan gases contaminantes y nos devuelven oxígeno, disminuyen la temperatura, reducen el estrés de quien los visita y, bien administrados, son una hermosa invitación para realizar actividades físicas al aire libre, caminar, correr, practicar yoga, subir a la niña al columpio, tomar una clase de baile o simplemente sentarte a leer o pensar en el resto del día bajo la sombra de un árbol. parques urbanos Y ni siquiera tienes que planear una mañana entera; con cinco minutos que pases en un área verde aumentarás tu sensación de bienestar y satisfacción, a decir de una investigación de la Pontificia Universidad Católica Chilena. En Guadalajara, una ciudad con profundas e históricas desigualdades en el trazo de su desarrollo urbanístico, los parques y bosques urbanos son un símbolo de estatus; si tienes uno o varios cerca, es más probable que vivas en el poniente, en la zona adinerada de la capital de Jalisco, pero si no, la estadística dice que tu casa está en el oriente, donde el concreto es el rey y baila encima de los árboles. Por años, los bosques urbanos de Guadalajara cobraban, sobrevivían en el semi abandono, carecían de programas culturales o de educación ambiental consistentes, apenas atendían plagas como el muérdago; veían pudrirse sus árboles enfermos y sus juegos infantiles; grafiteados sus elementos arquitectónicos relevantes e incluso fungían como puntos de encuentro para la prostitución callejera. parques urbanos Había que hacer algo a largo plazo y planificado. Había que generar sinergias, buscar alianzas, consolidar metodologías, homologar procesos. En resumen, había que hacer red, una red de parques y bosques urbanos. Las riendas las tomó la dirección de Gestión Integral de la Ciudad, una dirección inexistente en el Gobierno de Guadalajara, hasta 2015: Lo que se hiciera, había que hacerlo de manera multidisciplinaria, pensando por igual en el medio ambiente y en una ciudad equitativa y justa, es decir, había que pensar en un nuevo modelo que antepusiera el interés público sobre el privado. Ya llegaremos a ese punto. Según las cifras del hoy extinto Instituto de Información Territorial del Estado de Jalisco, en el 2013 Guadalajara contaba con 5 millones 600,000 m² de áreas verdes. Como la población se mantiene estable desde entonces (el municipio tiene alrededor de un millón 600 mil habitantes), la urbe ofrece 2.5 m², menos de la tercera parte de lo que la ONU recomienda por habitante: mínimo 9 m² de áreas verdes por persona. Otro ejemplo más de la desigualdad hecha ciudad en la tierra del mariachi, el tequila y la torta ahogada, se encuentra en Oblatos y zonas aledañas (el oriente desfavorable) ni siquiera llegamos al m² verde por persona, mientras que en Providencia, la Minerva (el poniente más acaudalado), rebasamos los 14 m². parques urbanos Confiamos en que quede totalmente claro que los parques y bosques urbanos no son sólo importantes por bellos, por ser hogar de cientos de especies animales o vegetales o por tener lagos dónde remar con tu pareja; sino que deberían ser de los más potentes ejes articuladores del desarrollo urbano de las ciudades contemporáneas.

Una Red, 10 parques (por ahora) e infinitas posibilidades

Un martes fue la inauguración del Parque El Dean (26 hectáreas, 2 mil 600 árboles) y el jueves la del Parque Morelos (cinco hectáreas, casi mil árboles); acudieron vecinos, alcalde, funcionarios y el gobernador electo de Jalisco. Las ceremonias inaugurales tenían poco más de una hora de haber terminado. Ambos espacios, dos de los más icónicos de Guadalajara, habían sido remodelados por completo, pero lo importante no fueron los cortes de listones, sino lo que se vio después: un partido en la minicancha de futbol, seis niños columpiándose y varias personas descansando en las bancas del Morelos y una pareja de octogenarios paseando a su perrita por los senderos libres de obstáculos de El Dean. Trabajo para dignificar los recursos naturales citadinos siempre habrá; la labor para conservarlos es permanente y, para alcanzar estos objetivos ningún socio sobra, ni un ciudadano, ni una empresa que se hace amiga de la Red, ni una bióloga, nadie.

Nuestros parques

Esta es la filosofía que yace detrás de la Red de Bosques Urbanos de Guadalajara, organismo creado en diciembre de 2017 por el Gobierno de la ciudad que se encarga de la gestión integral de 10 de las principales áreas verdes de la Perla Tapatía. Estas son el hogar de más de 36 mil árboles (la ciudad suma alrededor de 930 mil), infinidad de cuerpos de agua, mamíferos, peces, aves –algunas en peligro de extinción, como el pato real–, senderos para corredores, esculturas, gimnasios, proyecciones de cine, galerías de arte, áreas para días de campo, conciertos, festivales gastronómicos y culturales, orquideario y aviario, recorridos educativos, biólogos, arboristas certificados, un jardín japonés único e incontables y extraordinarios sonidos, olores y colores: parques urbanos En ellas, la gente de Guadalajara interactúa, puede combatir la rutina del auto, la obesidad hermana del sedentarismo y aprender que, si separa sus residuos en los puntos lwimpios, estos ya no son basura porque se pueden reutilizar. Los resultados son tan tangibles que tres de ellos – un par en los últimos dos años– han sido declaradas por las autoridades estatales y federales como Área Natural Protegida: ya teníamos a Colomos y se sumaron el González Gallo y el Agua Azul. Guadalajara y su Red de Bosques se encuentran ahora en sintonía con numerosos organismos nacionales e internacionales (Conafor, World Urban Parks Association y ONU Hábitat) conscientes de que no hay tiempo que perder y que invertir en la naturaleza no puede ser un ejercicio demagógico, sino una obligación de todos los niveles de gobierno. “Los parques, los espacios verdes y los cuerpos de agua son importantes espacios públicos. Ofrecen soluciones a la repercusión de la urbanización rápida y poco sostenible en la salud y el bienestar”, sentencia Naciones Unidas. “Los beneficios sociales y económicos son igualmente importantes, y deben estudiarse en el contexto de cuestiones de interés mundial como el cambio climático y otras prioridades establecidas en los ODS (los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible rumbo a 2030), incluidas las ciudades sostenibles, la salud pública y la conservación de la naturaleza”. Podríamos llenar varias hojas más detallando cómo hemos duplicado la población del pato real mexicano, cómo los Agentes de Calidad y Control vigilan cada parque y cómo se retiran y reponen los árboles muertos y riesgosos que tienen nuestros espacios, pero será mejor cerrar este texto haciendo hincapié en lo importantes que son las nuevas tecnologías para la Red. Gracias a ellas informamos y conversamos con la ciudadanía y los medios de comunicación digitales (redes sociales, tótems digitales, una aplicación o boletines); contamos con suma precisión nuestros árboles y hemos reducido drásticamente la quema de combustibles fósiles, ya que la Red emplea como nunca antes en la ciudad vehículos eléctricos. ¿El futuro? Vendrán más parques, se afinarán infinidad de prácticas, continuará el trabajo con la ciudadanía para que, entre otras cosas, la basura deje de ser un personaje central en senderos o lagos y así como se multiplicarán las actividades recreativas y culturales para todas las edades. Mientras el efecto dominó continúa, que sepas que esos oasis citadinos que son los bosques urbanos de Guadalajara están hoy más que preparados para darte una fresca bienvenida. Y si vives junto a un parque, ojalá que pronto dejes de ser minoría.

Convivencia en los parques y su importancia.

Importancia de las kermesse en los parques


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