Niñas y niños practican este deporte; sus padres acuden en apoyo, lo que genera convivencia vecinal y un espacio público que se caracteriza por la alegría.
La dinámica de Luisito es muy parecida a la de al menos 80 niños y niñas de la colonia 5 de febrero, ubicada al sur de Culiacán. Él sale de la escuela, se quita el uniforme, come, descansa un poco y espera con ansias la hora de ir al parque para entrenar futbol.
Las mamás también tienen su dinámica: regresan a casa después de recoger a sus hijos e hijas en las escuelas del sector, para ese momento algunas de ellas ya concluyeron una larga jornada laboral, y dedican el resto de la tarde a atender el hogar, la familia e impulsar la pasión que sus hijos demuestran por la práctica del futbol.
Decenas de niñas, niños y jóvenes sudan la camiseta algunas tardes por semana en la unidad deportiva “José María Patoni”, de la colonia 5 de febrero. Corren a lo ancho de la cancha y siguen las instrucciones de Óscar, su entrenador. En el perímetro se ubican madres y padres apoyándolos y charlando acerca de las novedades del día.
Entre esas madres se encuentra Sonia Barrón Zazueta, quien además integra el comité del parque. Su hijo e hija entrenan futbol, ella los observa y participa activamente en las mejoras de ese espacio público que recientemente inauguró un mural dedicado a ese deporte que representa la unión del sector en el que habita.
“Este parque se mueve por el futbol, el entrenador colaboró con los artistas para que el mural mostrara eso. A nosotros nos gusta mucho contar con esta obra porque se ve una mejoría, creo que da más seguridad para que las familias acudan con sus hijos y también se envía un mensaje muy claro: que hay alguien motivando a los niños a hacer deporte. Este mural es muy colorido, lo han respetado y lo han cuidado”.
El mural, elaborado con el programa “Vamos Pintando”, mide cerca de seis metros de ancho. Enmarca no solo la cancha de futbol, sino el área de juegos infantiles y ofrece a los visitantes un clima cálido y dinámico por sus alegres colores, y al transmitir la historia de la unidad deportiva.
Del lado izquierdo, el mural muestra a una niña con múltiples globos de colores, lo que simboliza la alegría de la infancia que visita el parque; junto a ella se ubican mariposas y, de fondo, montañas. Hacia el centro del mural, aparece un niño alejado de la tecnología, que corre con un papalote en mano; una niña se acerca pateando un balón y más adelante dos integrantes del equipo del sector se abrazan a manera de compañerismo deportivo. Hacia el extremo derecho aparece el ocaso, que ilumina la pasión futbolera de un niño y una niña.
Vecinas y vecinos participaron recientemente en la inauguración de esta obra, a la que asistieron vecinas y vecinos que, indican, refleja la dinámica diaria de este espacio público, generando así una identidad y sentido de pertenencia en la comunidad.