
Los espacios públicos son áreas de uso común que pertenecen a todos. Son esos lugares donde la vida comunitaria florece: parques, plazas, jardines, calles, banquetas, canchas o áreas recreativas. En ellos, las personas conviven, se ejercitan, descansan o simplemente disfrutan del entorno. Más allá de su función estética, los espacios públicos cumplen un papel esencial en la calidad de vida urbana: promueven la integración social, la salud y el bienestar de las comunidades.
Podemos encontrar distintos tipos de espacios públicos, cada uno con sus propias características y beneficios:
Naturales: Parques, jardines y áreas verdes, esenciales para el equilibrio ecológico, la recreación y la salud. Además, ofrecen a la población un lugar de descanso, recreación y conexión con la naturaleza, lo cual impacta directamente en la salud mental y física de quienes los disfrutan.
Urbanos: Plazas, calles, explanadas o bulevares, donde se da el encuentro ciudadano y la movilidad cotidiana. Su diseño influye en la movilidad, la seguridad y la accesibilidad. Cuando son planeados de forma inclusiva, permiten que todas las personas participen y ejerzan su derecho al espacio público.
Culturales y recreativos: Centros deportivos, foros o espacios donde se impulsa la participación y la cultura local. Son lugares donde se celebra la diversidad cultural y se fomenta el intercambio de ideas, aspectos clave para el desarrollo social.

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Los parques, en particular, son uno de los espacios públicos más valiosos. Son pulmones verdes en medio de la ciudad y puntos de encuentro que fortalecen los lazos sociales. Desde Parques Alegres, se impulsa la participación ciudadana a través de los comités vecinales, quienes colaboran activamente en el cuidado, mantenimiento y mejora de estos espacios. Gracias a su compromiso, se ha mejorado no solo el entorno, sino también la calidad del aire y la imagen urbana.
Cuidar y participar en la mejora de un espacio público es cuidar de todos. Estos lugares son una extensión de nuestro hogar y reflejan el nivel de compromiso que tenemos con nuestra comunidad. Mantenerlos limpios, seguros y llenos de vida es una tarea colectiva. Cada persona puede aportar (ya sea participando en los comités, asistiendo a las actividades o simplemente respetando las áreas comunes) para fortalecer el tejido social y ambiental que nos une.

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Los espacios públicos no son solo sitios de paso; son escenarios de convivencia, aprendizaje y bienestar. Construyamos juntos entornos donde la naturaleza, la comunidad y la ciudad puedan convivir en armonía.
