El parque es alegre, recreativo, educativo... ¡El Parque es Mío!
Al llegar al Parque Antonio Nakayama, en Culiacán, encuentras un safari. Te recibe una jirafa, una cebra y un auto tipo African Safari; todos elaborados con llantas viejas, tablas, y algo de pintura. Las y los niños pedían integrar un elefante como Big Boy, entonces vecinos plasmaron la imagen del paquidermo en una lona de gran tamaño.
El parque es alegre, recreativo, educativo... ¡El Parque es Mío!
El clima de integración y de escucha a las inquietudes de las y los niños del sector se percibe al llegar. Este parque forma parte del programa El Parque es Mío, de Parques Alegres. A través de éste se realizan diversas actividades: cursos y talleres de pintura, tae kwon do, clases de guitarra y club de tareas.
Mayté Olivas Castro es vicepresidenta del Parque, indica que diariamente el espacio público recibe entre cien y doscientas personas, pero ahora, con la incorporación del programa, la afluencia ha incrementado considerablemente. Chicos y grandes acuden a aprender algo nuevo.
“Es una serie de cursos gratuitos. Durará seis meses. La respuesta ha sido muy buena, he visto que a mucha gente le ha llamado la atención, se acerca y pregunta por los cursos”.
Las clases son gratuitas. Debajo de un árbol, apoyada en una mesita se encuentra Tomasa Ponce Ramírez, maestra de primaria con 28 años de trayectoria. Por las tardes instala el Club de tareas y apoya a las y los niños que se acercan con dudas, principalmente sobre multiplicaciones, lectura y escritura.
“Tengo tiempo conociendo a los niños, cómo son, qué hacen, qué les gusta. Los niños son alegres, divertidos, a veces vienen tristes y al abrazarlos y decirles que los quiero, se sienten acompañados por uno; eso me hace sentir feliz porque sienten un apoyo por nosotros. Les digo: te quiero, hijo o hija y sienten el cariño que les doy”, comenta.
Así la docente ha logrado que más niñas y niños se acerquen solicitarle ayuda con las tareas escolares. Traen sus libros, libretas y lápiz.
Comenta que decidió participar en el Club de tareas, debido al retraso educativo que observa en muchas niñas y niños, a partir de la pandemia. Ellos, dice, necesitan el apoyo y qué mejor que este llegue a un entorno agradable, al aire libre.
Clases de los talleres
Los talleres que registran más participación son el de guitarra y el de tae kwon do. Algunos adolescentes y jóvenes asisten a ambas clases al día. El maestro de música arriba con un pintarrón, en el que dibuja las partes de la guitarra, y la posición correcta de las manos y los dedos. Las y los alumnos, algunos de ellos con instrumento propio, siguen la instrucción al pie de la letra.
Entre las alumnas más entusiastas se encuentra Michelle, una adolescente, estudiante de segundo de secundaria, quien sueña con formar una banda de rock con sus amigas y triunfar con grandes éxitos.
“Quise venir y aprender a tocar la guitarra para aprenderme unas canciones que me gustan. Hasta ahorita ha sido fácil. He aprendido algunas notas musicales”, comenta.
A cinco años del rescate
Llegar a este punto, no fue fácil para las y los vecinos del sector. Como ocurre con el rescate de un espacio público, debieron organizarse para limpiar, convencer a más vecinos para integrar un comité y gestionar mejoras ante las autoridades. Ahora, un logro adicional consiste en conocer a cada uno de los niños, niñas y jóvenes que asisten. Saben qué les gusta, conocen sus aficiones, y hasta cómo se sienten.
José Francisco López, el presidente del parque y la Unidad Deportiva Antonio Nakayama, misma que se encuentra en óptimas condiciones y recibe a cientos de niños para la práctica de futbol, indica que la clave es el trabajo en equipo de las y los vecinos.
”Nos unimos para rescatar el espacio este porque estaba abandonado. Había muchos delincuentes, rateros, todo eso”, comenta.
La clave, añade, es convencer a adolescentes y jóvenes que, al sumarse a las labores, pronto ellos también serían usuarios del espacio deportivo.
El programa
Este parque, así como la Unidad Deportiva Progreso, Manuel J. Clouthier, integran el programa El Parque es Mío. Ofrecen cursos de manualidades, pintura, guitarra, bailes urbanos y club de tareas.
Para lo anterior, comenta Iveth Cruz, asesora de Parques Alegres, es importante que las y los vecinos tomen las riendas, se organicen, participen, rescaten sus espacios públicos.
“El parque Antonio Nakayama se encuentra en los polígonos de alta incidencia de llamadas al servicio de emergencia 911, pero los vecinos, las personas que asisten a estos parques se sienten seguros aquí, y les gusta participar”, comenta.
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